Inválidos por interés
Últimamente me encuentro a los famosos "ruman@s" que han modificado o ampliado su negocio de la mendicidad. Todos sabemos que ya usaban métodos ilegales como usar niños pequeños para dar más lástima y conseguir así mayores donaciones, a lo que acompañaban con un discurso que sonaba igual en cualquiera de las mujeres que lo decían, con mucho por favor señore señoraaa ..., y todo eso. Ahora se dedican a poner a los niños (seguramnete los que llevaban en brazos hace algún tiempo que, obviamente, crecen) con una carpeta con unas hojas en las que recogen firmas a favor de una "asociación" de sordomudos (excusa para que no hablen ni digan nada) y además recoger algún donativo. Recorren así trenes, restaurantes, etc, sin importar la hora, dando una mayor notoriedad a la ilegalidad del acto, ya que hay horas en que estos niños tendrían que estar en un centro educativo y no pidiendo limosna. El caso es que no bastando con usar menores, ahora tiran de minusvalías que a los que afectan de verdad no creo que les haga gracia este uso tan repugnante.
Etiquetas: Opinión
2 Comments:
hace un par de semanas sacaban ese truco que hacen ahora en Callejeros (de Cuatro).. jeje
de todas formas este tema de la mendicidad es mejor equivocarse (dar limosna... aunque luego no lo necesiten)... que no ayudar.
en mi barriada me da una pena enorme cuando veo a mujeres mayores rebuscando entre los cubos de basura algo que comer...
se me cae el alma.
Te doy la razón en lo de ayudar porque siempre hay gente que lo necesita de verdad y terminan pagando justos por pecadores, pero yo es que no puedo con los que SE que se aprovechan, porque aquí, en Madrid, si te pasas por la estación de Avda. América de Metro, los ves en reunión general a algunas horas, repartiéndose los niños pequeños, muletas y otros "enseres" para organizarse en su "trabajo". Ahora, los dientes de oro no les faltan.
Recuerdo una temporada que había un croata que decía haber huído de su país por la guerra, y ese pedía en condiciones, porque lo que quería era comer. Siempre había alguien que le daba la mitad de su bocadillo o alguna pieza de fruta de su postre para aquel día, y todos contentos.
A los de la firmas, les firmé una vez (que se supone que es lo que buscan) y me increparon que no dejara nada. Cuando hice lo mismo por la chica de Parla (no recuerdo el nombre) a la que 3 desalmados la violaron y quemaron viva, para que se cambiara la ley del menor, solo me pidieron eso, la firma. Y, me callo que me enciendo.
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